domingo, 29 de junio de 2014

Obras en la trastería


Adosada a la capilla de la comunión se construyó posteriormente a la iglesia (posiblemente entre finales del XIX y principios del XX por la tipología y materiales empleados en la cubierta) un espacio destinado a almacén en dos plantas, todo el diáfano en cada planta, conectado con la iglesia a través del crucero norte.

La geometría de este cuerpo es sensiblemente rectangular, con unas irregularidades en los ángulos y en el trazado de sus muros perimetrales definidos por los lindes de las parcelas colindantes. Es una obra de escasa calidad arquitectónica pero que tiene cierta envergadura en sus dimensiones. Es un volumen de unos 77m2 de planta con un único pilar central y muros de carga perimetrales (aprovechando el propio muro de cerramiento de la nave de la iglesia y de la capilla de la comunión), y que posee unas alturas libres considerables, unos 4,00m en planta baja, y en el nivel superior bajo la cubierta inclinada se alcanzan los 3,70m en la zona inferior de cornisa y los 6,50 en la zona de cumbrera.

 Si bien se emplearon materiales de buena calidad, en su ejecución se dieron una serie de circunstancias que han comprometido seriamente la integridad de la cubierta superior. Los muros testeros se ejecutaron en la planta superior con una única hoja de ladrillo de 1/2 pie de espesor (15cm), seguramente por economía o exceso de confianza se recurrió a una solución distinta a la de la planta baja, donde los muros presentan mayor espesor, y esto ha dado lugar en la pared orientada a este a un desplome de la coronación respecto a la vertical de más de 6cm, y en consecuencia a la pérdida de apoyo de todas las correas de cubierta que estribaban en él. Lo más probable es que este desplome obedezca a esfuerzos de dilatación por la zona donde se ha producido, entre el muro de la iglesia y el pilar lateral en el testero de la trastería. En el otro extremo del muro, donde la altura es menor se ha producido un desplome similar pero menos acentuado.

La intervención en este anexo se debe a que parte del falso techo en uno de los cuartos del nivel superior se desplomó. Si bien este incidente se debió a una desafortunada sobrecarga aplicada sobre la talla, el colapso puso en evidencia una solución de falso techo un tanto temeraria, y después de la inspección del resto de los cuartos se optó por su total sustitución.
En origen este espacio en planta primera era totalmente diáfano y carecía de falso techo, dado su uso como espacio para almacenaje no lo necesitaba. En la década de 1960 se decidió instalar un falso techo de escayola a 3,60m de altura, justo a ras de la cara inferior de los cabios de madera que definen el plano de cubierta, y dicho espacio se empleó en ocasiones como aula para catequesis, almacén y área de descanso entre turnos de la adoración nocturna. Fue en los años 80 cuando se decidió tabicar este espacio en cuartos para varios usos, catequesis, juniors, etc. y almacén para utensilios y ropa litúrgica al margen de las humedades que existen en la planta baja del templo. Ésta si fue una intervención de pocos medios y malas decisiones. Se optó por colgar de la primera escayola preexistente un segundo falso techo 60cm más bajo, a ras de la cara superior de la nueva tabiquería.
 El hecho de que esta solución sea  temeraria radica en que no se comprobara el grado de seguridad que este primer techo ofrecía, y lo que es peor, qué consecuencias tendría sobre la cubierta superior, que no está preparada ni diseñada para recibir una sobrecarga de dos falsos techos. Si bien no es una carga excesiva a priori, es lo suficientemente importante como para provocar deformaciones a las vigas, que unida a filtraciones por goteras pueden dar lugar a la rotura de los tirantes del primer falso techo (de madera de 1x3cm, con una gran facilidad para ser atacada por la carcoma y una presencia de nudos y orientación de fibras que los hacen muy frágiles), provocando la redistribución e incremento de carga en otros cabios, y en caso de mojarse el falso techo a incrementar la carga por el peso adicional del agua.

Se agrava el hecho de que una pequeña gotera, cuya agua sea absorbida por la primera escayola difícilmente se va apreciar hasta que no llegue al nivel inferior, lo cual puede dar lugar a patologías que no se detecten durante mucho tiempo.

Una vez eliminadas las dos escayolas se apreció otra gran patología que afortunadamente no ha dado lugar a problemas pero que es un riesgo patente. Este tipo de cubiertas se elaboran con unas correas de madera sobre las que se colocan ladrillos cogidos con yeso en la primera capa, que actúa de tablero de soporte a las tejas. Los ladrillos descansan en sentido longitudinal sobre las correas, apoyando cada extremo sobre la mitad de cada correa.

En este caso, una mala ejecución desde el remate del muro (que debía ser macizo) donde estriba todo el tablero de tejas, o un mal replanteo, ha dado lugar a un corrimiento de todo el tablero de ladrillos en el sentido de la pendiente, de forma que la totalidad de los ladrillos carecen de apoyo en la cabeza superior, sosteniéndose únicamente por un extremo, y manteniéndose en aparente  equilibrio todo el sistema gracias al yeso con el que se cogían entre sí y al peso que las tejas ejercen sobre la parte del ladrillo que sí apoya en las correas.
Apeo de las correas de la foto anterior.
Afortunadamente la deformación que el tejado adquiere por la flecha de los cabios y el rozamiento que se produce contra las maderas de las correas han evitado que toda esta cubierta haya deslizado como un sólido rígido, pero desgraciadamente, en muchos puntos de la cubierta, la pérdida del yeso que une los ladrillos entre sí ha dado lugar a que muchos de ellos se hayan soltado y queden en un equilibrio inestable, que en cualquier momento una filtración o un temblor de tierra puede hacerlos caer.
Como medida de precaución se han sopandado con tablillas todos los ladrillos afectados que a simple vista estaban en riesgo de caída inminente, no obstante y a la vista de la merma en el yeso que presenta gran parte de la cubierta la intervención más sensata sería retejar desde arriba restaurando la posición de los ladrillos a ejes entre correas disponiendo esta vez un adecuado estribado en el muro, macizando el remate del mismo  y adicionado una malla de fibra al mortero de refuerzo sobre los ladrillos.

Otro de los defectos observados ha sido el deslizamiento de gran parte de los cabios del lado este, las que recaen al patio colindante y que no tienen la coacción al desplazamiento de la vivienda que existe en el lado oeste. Los seis primeros cabios de cubierta del testero este se habían salido respecto al plano del muro donde apoyan unos 5 o 6cm, siendo más grave en el primero donde apenas quedaban 2cm de apoyo. Se ha optado en ese en concreto por crear una ménsula anclada al muro para darle 15cm más de apoyo. Adicionalmente se ha decidido atirantar mediante barras de acero de Ø16mm los extremos inferiores con el muro principal de la iglesia, para servir de atado horizontal y limitar movimientos adicionales. Al estar todas las correas atadas a los cabios mediante clavos y ser la mayoría de ellas pasantes en varios tramos se han atirantado sólo los tres primeros cabios impares (1,3,5) del ámbito afectado.
  Encofrado para ejecutar una ménsula de apoyo de hormigón armado

 
Tirantes para atar y limitar el desplazamiento horizontal de los cabios 1,3,5 .
En este caso se ha optado por un falso techo desmotable para poder revisar con facilidad el estado inferior de la cubierta y aplicar si procede un nuevo tratamiento para conservar la madera.
 

martes, 15 de octubre de 2013

CAMPANAS

Entrega de las campanas el 3 de octubre 2013

 

 María













Crist de les Animes









 Santos Reyes






Santos Abdón y Senén










San Eduardo Rey (simbolet)








Información y fichas técnicas de las campanas :

http://campaners.com/php/campanar.php?numer=1219