sábado, 9 de marzo de 2013

TORRE CAMPANARIO




Hace varios años surgió la necesidad de organizar una “junta de fábrica” para abordar los cada vez más frecuentes problemas relacionados con la edificación de la Iglesia de los Santos Reyes de Albalat dels Sorells. Antiguamente cada párroco acometía las obras y reformas necesarias en el templo según las necesidades de cada época y el deterioro apreciado en él. Desde el año 2002 se optó por establecer un plan director para abordar de forma sistemática y con un criterio de restauración jerárquico todas las intervenciones presentes y futuras en el templo. Conscientes del alto coste que la obra necesaria en un edificio de esta envergadura precisaba, era evidente que había que priorizar la consolidación estructural y funcional por encima de los valores meramente estéticos. Desgraciadamente el efecto de este tipo de actuación no es el más agradable a la vista, pero con las condiciones económicas actuales es lo único que hemos podido realizar.

Con la ayuda de la Diputación Provincial de Valencia y de muchos vecinos de la población hemos podido arreglar la mayoría de los problemas más urgentes de gran parte de la cubierta, quedando tan sólo algunas zonas por intervenir, al igual que los muros exteriores y muchas intervenciones puntuales, que aparentemente no se ven, pero que están recogidas en las fotos y la memoria que más adelante se expone. En la primera y segunda fase que se realizó entre los años 2002 y 2004 se redactó un proyecto global de intervención, se levantaron los planos de todo el templo, se hizo un estudio histórico-artístico del mismo y se elaboró un primer presupuesto, que pronto vimos que era inabordable económicamente en las dos fases de ejecución previstas, con arreglo a las subvenciones y aportaciones particulares obtenidas. Durante todo este periodo de más de diez años se han solicitado subvenciones en todas las convocatorias realizadas, y se han presentado cuatro fases de intervención.

Toda esta información detallada se puede encontrar en otros apartados de este blog, pero lo primordial es exponer los motivos que han dado lugar al mismo.



Hay dos campanas (las mayores) que desde hace tiempo no funcionan por motivos de seguridad, debido principalmente al deterioro de los anclajes al muro. Tarde o temprano las otras dos de menor tamaño deberán dejar de funcionar por la misma razón. Entonces no sonará ninguna de ellas y no podrán realizar sus tonos habituales: aviso, llamada a la oración, tocar a gloria, tocar a duelo, ...no habrá volteo de campanas los días festivos,... sólo habrá silencio. ¿Cuando llegará esta situación?...No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que llegue ese día. No debemos dejar que parte de nuestra cultura y tradición quede silenciada en el olvido, y de no actuar ahora poco a poco los toques de las campanas en nuestro pueblo quedarán como un recuerdo del pasado.

Este problema nos atañe no sólo como miembros de la parroquia, también como vecinos de la localidad, en tanto que la labor que realiza el campanario nos afecta en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, más allá del uso meramente religioso.

Hay que tener en cuenta además que no se trata sólo de hacer ahora un arreglo puntual y olvidarnos de él hasta que vuelva a deteriorarse, si se arregla y se deja en condiciones es para que pueda funcionar y tener un correcto mantenimiento, lo cual implica unos gastos menores adicionales a los de la propia obra, a los que también habrá que hacer frente. La mecanización de los toques supuso en su día un gran avance y una mejora práctica para aquellos que muchas veces de forma desinteresada hacían de maestros campaneros, tradición que si bien últimamente se ha retomado con gran entusiasmo en algunos municipios, en el caso particular de nuestra población no ha tenido una continuidad generacional.

Cabe pues adecuar el campanario para facilitar su acceso, reponer los anclajes actuales tanto de las campanas como de los motores, reponer la instalación eléctrica sustituyendo las cables grapados a la pared por una instalación empotrada, permitir los accesos y dotar al cuerpo de campanas con las medidas de seguridad necesarias, pues disponer de un nuevo sistema mecánico implica que ha de tener una serie de mantenimientos y revisiones periódicas para que la situación actual no vuelva a repetirse y que la durabilidad de la instalación sea mayor.

Así mismo otra de las funciones que recoge el campanario  es la de pararrayos (por motivos de fuerza mayor por ser una de las construcciones más altas de la población), actualmente dicha instalación está incompleta y obsoleta, y supone un riesgo más que un remedio. Y no hay que olvidar el reloj y los toques horarios y la megafonía municipal.

El tema que abordamos en esta fase de restauración no consiste en dejar el campanario como recién acabado de construir. Más allá del aspecto estético y por las limitaciones de los fondos parroquiales, cabe una reforma funcional y estructural del remate del mismo, obra que se ejecutó en posguerra con unos medios limitados y con materiales de no muy buena calidad y que urge reparar para que el deterioro de sus elementos no empeore la situación actual.

Las siguientes fotos se tomaron en el año 2006, actualmente el deterioro es mayor.


Estado de los escalones del último tramo al llegar al cuerpo de campanas.
Detalle del deterioro del enfoscado en el antepecho.
El agua de lluvia accede directamente a la caja de escalera deteriorando aún más los peldaños y las bóvedas. Debe colocarse un portón que cierre adecuadamente para evitar la entrada de agua.
Vista de la escalera de acceso al remate y del techo del cuerpo de campanas. Los perfiles que soportan la cubierta están empezando a oxidarse, provocando el desprendimiento del recubrimiento del techo y la fisuración de la losa de apoyo, lo que da lugar a la entrada de agua.
Desprendimientos de ladrillos en el antepecho al disgregarse el mortero del enfoscado, que más tarde se reparó con yeso, el cual ha acelerado el proceso de deterioro.



Vista del techo con los perfiles perfectamente marcados a causa de la oxidación.
Disolución del yeso por la acción del agua de lluvia.



Deterioro en los anclajes de los soportes de las campanas


Goteras en el techo del cuerpo de campanas.
Detalle del traspaso de la escalera de pates a la escalera del remate, por seguridad es preciso colocar una plataforma de transferencia, sustituir los pates e instalar un sistema "securicable" para enganchar el arnés para las labores de mantenimiento.
Rotura y fisuración de la losa del cuerpo de campanas. Hay que demolerla y ejecutarla de nuevo.
Aspecto del cuadro y cableado eléctrico de la iluminación interior y de las campanas.




Detalle del marco de acceso al nivel superior, debería haber una tapa de encaje más elevada que la losa para evitar la entrada de agua al nivel inferior.

Pese a haber desagües en este nivel el agua se filtra a través de las grietas y fisuras en el suelo. Es necesario recrecer la losa para reforzar la estructura, rehacer las pendientes e impermeabilizar y colocar un pavimento.
Parte del mástil del pararrayos, actualmente no hay punta.


Altavoces averiados que nunca se han retirado del lugar.




Los cables pasan a través del hueco entre niveles sin ningún tipo de protección, deberían estar entubados y preferentemente empotrados.
Instalación eléctrica a través del ojo de la escalera, parcialmente entubada.

Y por qué no pensar que el día de mañana con el esfuerzo de todos tal vez podamos ver el campanario en todo su esplendor tal y como debió ser proyectado en origen siguiendo los cánones de la época...


La reconstrucción que se hizo en posguerra desde el punto de vista artístico es poco más que una aproximación a la volumetría inicial. Faltan la mayoría de molduras y cornisas que definían cada cuerpo del remate. Por lo general el cuerpo de campanas presentaba una serie de pilastras pareadas de estilo toscano (una  interpretación del estilo dórico clásico actualizado a la época), y este se repetía de nuevo de forma simple en el remate que soportaba el cupulino (cubierta de teja superior), las molduras adornaban y definían los arcos, así como los distintos niveles y parte del fuste para romper el monolitismo del muro. Esta es una imagen virtual de cómo pudo ser en origen acorde a otros campanarios similares de la época y alguna documentación gráfica previa a la guerra civil.

Seguimiento de las obras de restauración, iniciadas en julio de 2013, en la siguiente dirección:

http://boscohurtado.blogspot.com.es/2013/08/restauracion-del-campanario-de-la.html

LA JUNTA DE FABRICA

Tradicionalmente la ”junta de fábrica” era una comisión técnica encargada de gestionar las intervenciones tanto constructivas como artísticas del templo, asentando los correspondientes registros en el “libro de fábrica” relativos a las obras realizadas. Así mismo solía haber un maestro de obras o encargado de la construcción que posteriormente a la ejecución del templo velaba por el mantenimiento de aquél. Hemos recuperado y estimamos oportuno actualizar esta actividad para que quede constancia y haya una continuidad en el criterio de intervención de las fases actuales y venideras, que permitirá la correcta interpretación de todo lo acontecido en el curso de la historia de este templo.

Actualmente urge consolidar el aspecto estructural del templo, todavía quedan algunas intervenciones serias por hacer. En la capilla de la comunión se realizó una reparación provisional y puntual, pero es necesario no demorar en el tiempo la intervención en esta parte de la cubierta para sustituirla en su totalidad. Tampoco se ha intervenido en la cubierta de la actual sacristía, si bien aparentemente no muestra evidencias de deterioro, cabría hacer una cata para descartar posteriores reparaciones más costosas. El resto de la cubierta que protege la nave principal y el crucero obedece a otra tipología constructiva más duradera, está soportada por una serie de arcos diafragmáticos de ladrillo y un entablado de ladrillos de gran formato, estructura que por trabajar exclusivamente a compresión y estar confeccionada con materiales más estables que la madera presenta un buen estado de conservación, y salvo goteras puntuales debidas a la rotura de alguna teja o la obstrucción de los ríos entre tejas no tiene mayor problema, eso sí, necesita un mantenimiento adecuado para reparar estos desperfectos (cabe destacar que los restos de carcasas de fuegos artificiales que ocasionalmente de disparan en la calle Abadía suelen provocar obstrucciones en los rios de las tejas y en los canalones de desagüe).

El campanario y el coro son otras dos prioridades, siendo este último el menos relevante por cuanto la intervención en él es meramente funcional y estética. En cuanto a las intervenciones puntuales en las capillas interiores cabe decir que si bien el aspecto estético a causa de humedades y filtraciones es desagradable, y muchas veces de buena fe son las cofradías quienes acometen estas actuaciones de reparación, conviene dejar esta labor a la junta para que adopte las medidas adecuadas en cada caso, ya que muchas veces obedecen a problemas mayores que todavía están por solucionar y que hacen impracticables e infructuosas las reparaciones o restauraciones de carácter estético.

Hay otros conjuntos que no podemos dejar de lado aunque sean elementos secundarios en el templo, como son la trastería y el aulario. En la trastería se acometió una reforma en los años ochenta para tabicar el nivel superior y hacer pequeños cubículos para juniors, catequesis y otras asociaciones afines a la parroquia. En esta intervención se dispuso el nuevo falso techo colgando del preexistente, solución que ha derivado en patología, puesto que el cielo raso original no fue capaz de soportar el peso y en uno de los cubículos se desprendió por completo (actualmente sigue sin arreglar) y en otro de ellos se aprecia un desprendimiento en parte del perímetro que nos obliga a precintarlo por motivos de seguridad.

Detalle del falso de techo de la trastería tras el desplome.

 



 El aulario junto al salón parroquial también fue una obra ejecutada con pocos medios en dicha época, y presenta una cubierta de uralita poco acorde al edificio y que además posee un canalón de desagüe actualmente embozado parcialmente y que tiene una nula capacidad para su mantenimiento. Habrá que pensar, en un futuro no muy lejano, en sustituir  esta cobertura por un tejado de obra con cobertura de teja a semejanza de los existentes.

Aspecto de la iglesia antes de iniciar las obras de la Fase III.

 
Esbozo de la posible remodelación de la cubierta del aulario y de la casa abadía.
Así también habrá que dejar para el futuro el tratamiento de toda la fachada recayente a la calle Abadía de los aularios y la propia casa Abadía, con una condición de medianera no tratada desde el punto de vista urbanístico y estético, en la que no se ha realizado prácticamente ninguna intervención desde que se demolieron las casas adyacentes. Parte de dicha medianera está enlucida con yeso, puesto que formaba parte de las dependencias de las antiguas viviendas, material poco adecuado para estar expuesto a la intemperie y que acusa problemas de fisuración y que puede dar origen al deterioro del muro, tanto por las filtraciones como por la expansión que este material sufre en contacto con el agua.

 Recreaciones virtuales que ponen de manifiesto la posibilidad de integración del aulario y la casa abadía en el conjunto del templo, con una adaptación gradual a la escala urbana.


Recientemente a causa de las lluvias del verano del año 2012, y con la consiguiente entrada de agua a la iglesia se vió la necesidad de dotar al patio de la trastería de un desagüe. Dicho patio ha recogido y filtrado el agua de lluvia desde antaño a través del propio terreno,  parte del cual se cubrió en su día con una solera de hormigón, reduciendo a menos del 20% la superficie drenante, y fue evidente que dicho terreno no era suficiente para absober fuertes precipitaciones. A finales del año 2012 se acometieron las obras de desagüe hacia la nueva plaza de la fachada de levante y se adoptó la medida, por motivos de limitación de pendientes, de elevar el nivel de dicho patio recreciendo la solera de hormigón actual, estimando oportuno además la supresión del tramo de patio de terreno y las plantas que en él estaban arraigadas para evitar posteriores problemas de humedades tanto al templo como a la vivienda colindante.

Excavación de la zanja para instalar el desagüe del patio de la trastería.


Conexión a la nueva red existente en la plaza.

 



Para incrementar la pendiente dada la escasa altura sobre el desagüe de la plaza fue necesario sobreelevar la solera del patio, lo que aprovechó para incrementar las pendientes del mismo.

 
Reposción de los solados afectados.


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Generación de un plano a nivel con un láser lineal para trazar las pendientes.
Zona de terreno en el patio que se suprimió.
Excavación y retirada de terreno y encachado de gravas
Plantilla circular para mantener el nivel del hormigón por encima de la cazoleta.


Hormigonado y junta perimetral de dilatación.

Malla de refuerzo para reducir la fisuración del hormigón


Recrecido de los escalones de acceso.

Sellado perimetral y de las juntas de hormigonado.