sábado, 9 de marzo de 2013

LA JUNTA DE FABRICA

Tradicionalmente la ”junta de fábrica” era una comisión técnica encargada de gestionar las intervenciones tanto constructivas como artísticas del templo, asentando los correspondientes registros en el “libro de fábrica” relativos a las obras realizadas. Así mismo solía haber un maestro de obras o encargado de la construcción que posteriormente a la ejecución del templo velaba por el mantenimiento de aquél. Hemos recuperado y estimamos oportuno actualizar esta actividad para que quede constancia y haya una continuidad en el criterio de intervención de las fases actuales y venideras, que permitirá la correcta interpretación de todo lo acontecido en el curso de la historia de este templo.

Actualmente urge consolidar el aspecto estructural del templo, todavía quedan algunas intervenciones serias por hacer. En la capilla de la comunión se realizó una reparación provisional y puntual, pero es necesario no demorar en el tiempo la intervención en esta parte de la cubierta para sustituirla en su totalidad. Tampoco se ha intervenido en la cubierta de la actual sacristía, si bien aparentemente no muestra evidencias de deterioro, cabría hacer una cata para descartar posteriores reparaciones más costosas. El resto de la cubierta que protege la nave principal y el crucero obedece a otra tipología constructiva más duradera, está soportada por una serie de arcos diafragmáticos de ladrillo y un entablado de ladrillos de gran formato, estructura que por trabajar exclusivamente a compresión y estar confeccionada con materiales más estables que la madera presenta un buen estado de conservación, y salvo goteras puntuales debidas a la rotura de alguna teja o la obstrucción de los ríos entre tejas no tiene mayor problema, eso sí, necesita un mantenimiento adecuado para reparar estos desperfectos (cabe destacar que los restos de carcasas de fuegos artificiales que ocasionalmente de disparan en la calle Abadía suelen provocar obstrucciones en los rios de las tejas y en los canalones de desagüe).

El campanario y el coro son otras dos prioridades, siendo este último el menos relevante por cuanto la intervención en él es meramente funcional y estética. En cuanto a las intervenciones puntuales en las capillas interiores cabe decir que si bien el aspecto estético a causa de humedades y filtraciones es desagradable, y muchas veces de buena fe son las cofradías quienes acometen estas actuaciones de reparación, conviene dejar esta labor a la junta para que adopte las medidas adecuadas en cada caso, ya que muchas veces obedecen a problemas mayores que todavía están por solucionar y que hacen impracticables e infructuosas las reparaciones o restauraciones de carácter estético.

Hay otros conjuntos que no podemos dejar de lado aunque sean elementos secundarios en el templo, como son la trastería y el aulario. En la trastería se acometió una reforma en los años ochenta para tabicar el nivel superior y hacer pequeños cubículos para juniors, catequesis y otras asociaciones afines a la parroquia. En esta intervención se dispuso el nuevo falso techo colgando del preexistente, solución que ha derivado en patología, puesto que el cielo raso original no fue capaz de soportar el peso y en uno de los cubículos se desprendió por completo (actualmente sigue sin arreglar) y en otro de ellos se aprecia un desprendimiento en parte del perímetro que nos obliga a precintarlo por motivos de seguridad.

Detalle del falso de techo de la trastería tras el desplome.

 



 El aulario junto al salón parroquial también fue una obra ejecutada con pocos medios en dicha época, y presenta una cubierta de uralita poco acorde al edificio y que además posee un canalón de desagüe actualmente embozado parcialmente y que tiene una nula capacidad para su mantenimiento. Habrá que pensar, en un futuro no muy lejano, en sustituir  esta cobertura por un tejado de obra con cobertura de teja a semejanza de los existentes.

Aspecto de la iglesia antes de iniciar las obras de la Fase III.

 
Esbozo de la posible remodelación de la cubierta del aulario y de la casa abadía.
Así también habrá que dejar para el futuro el tratamiento de toda la fachada recayente a la calle Abadía de los aularios y la propia casa Abadía, con una condición de medianera no tratada desde el punto de vista urbanístico y estético, en la que no se ha realizado prácticamente ninguna intervención desde que se demolieron las casas adyacentes. Parte de dicha medianera está enlucida con yeso, puesto que formaba parte de las dependencias de las antiguas viviendas, material poco adecuado para estar expuesto a la intemperie y que acusa problemas de fisuración y que puede dar origen al deterioro del muro, tanto por las filtraciones como por la expansión que este material sufre en contacto con el agua.

 Recreaciones virtuales que ponen de manifiesto la posibilidad de integración del aulario y la casa abadía en el conjunto del templo, con una adaptación gradual a la escala urbana.


Recientemente a causa de las lluvias del verano del año 2012, y con la consiguiente entrada de agua a la iglesia se vió la necesidad de dotar al patio de la trastería de un desagüe. Dicho patio ha recogido y filtrado el agua de lluvia desde antaño a través del propio terreno,  parte del cual se cubrió en su día con una solera de hormigón, reduciendo a menos del 20% la superficie drenante, y fue evidente que dicho terreno no era suficiente para absober fuertes precipitaciones. A finales del año 2012 se acometieron las obras de desagüe hacia la nueva plaza de la fachada de levante y se adoptó la medida, por motivos de limitación de pendientes, de elevar el nivel de dicho patio recreciendo la solera de hormigón actual, estimando oportuno además la supresión del tramo de patio de terreno y las plantas que en él estaban arraigadas para evitar posteriores problemas de humedades tanto al templo como a la vivienda colindante.

Excavación de la zanja para instalar el desagüe del patio de la trastería.


Conexión a la nueva red existente en la plaza.

 



Para incrementar la pendiente dada la escasa altura sobre el desagüe de la plaza fue necesario sobreelevar la solera del patio, lo que aprovechó para incrementar las pendientes del mismo.

 
Reposción de los solados afectados.


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Generación de un plano a nivel con un láser lineal para trazar las pendientes.
Zona de terreno en el patio que se suprimió.
Excavación y retirada de terreno y encachado de gravas
Plantilla circular para mantener el nivel del hormigón por encima de la cazoleta.


Hormigonado y junta perimetral de dilatación.

Malla de refuerzo para reducir la fisuración del hormigón


Recrecido de los escalones de acceso.

Sellado perimetral y de las juntas de hormigonado.

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